miércoles, 1 de julio de 2020

DEBATE INTERNO ENTRE LA RABIA Y LA FRUSTRACIÓN

                                                       * Procedencia de la imagen

Leo hoy la noticia de que el Plan de Reconstrucción que presenta el gobierno excluye a la enseñanza concertada (ver noticia). Y me enciendo, y me da mucha rabia leer este tipo de noticias, aunque a estas alturas creo que ya nada de esto debería sorprenderme. Hace tiempo que es sabido que los partidos políticos de izquierdas de este país, capitaneados por Podemos a nivel nacional, y en la Comunidad Valenciana por Compromís, pretenden eliminar la enseñanza concertada. Yo lo he avisado en mis redes por activa y por pasiva. Y así y todo, cuando ha habido elecciones, compañeros míos trabajadores en un centro concertado les han votado. En fin, son libres de hacerlo, por supuesto. Pero se ve que su trabajo les importa más bien poco.

Yo nunca he tenido vocación política y sigo sin tenerla, creo que eso es algo que no he escondido nunca. Y, sin embargo, hace ya unos cuantos años que estoy afiliado a Ciudadanos, pertenezco a la junta directiva local y me han incluido en un par de listas electorales. ¿Contradicción? ¿Miento cuando afirmo lo de la vocación? Quiero creer que no, pero ya se sabe que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Traigo esto a colación porque, precisamente, mi principal motivación para afiliarme a Ciudadanos en su momento era que me parecía el único partido que defendía la enseñanza concertada y, sobre todo, que estaba intentando por todos los medios a su alcance lograr un gran Pacto Educativo Nacional. Y esto sigue siendo así a día de hoy. Basta con leer las noticias o seguir las redes sociales de diferentes personalidades políticas para corroborar esta afirmación. Es ese sentido, os recomiendo que sigáis muy de cerca a Marta Martín en Twitter (@martamartirio), diputada nacional y gran impulsora del Pacto Educativo. 


Y es en estos momentos cuando empieza mi debate interno, provocado por esa rabia que me provocan estas noticias como la que he utilizado para abrir el post. Mi reflexión es la siguiente: si mi interés es defender la mejora de la educación en este país y luchar por conseguir el tan necesario Pacto Educativo, ¿qué estoy haciendo para ello? Y entonces es cuando llega el siguiente sentimiento: la frustración. Porque creo que no estoy aportando nada, más que unos cuantos tweets abogando por ello, que apenas tienen repercusión; alguna entrada de vez en cuando en este blog... y nada más. ¿Pagar una cuota de afiliado ayuda en algo a avanzar en ese sentido? En absoluto. Y, desgraciadamente, no tengo posibilidad de aportar nada, ni siquiera mi experiencia como docente, en ningún otro ámbito. Normal que luego la gente en general, y los maestros y profesores en particular, nos sintamos totalmente desconectados de los políticos que gobiernan y legislan nuestro trabajo...

Por suerte, mi segunda motivación para meterme en esto de la política era trabajar por Alcoy, mi ciudad. En su momento algo sí que pude aportar, sí. Pero me vuelve el sentimiento de frustración, porque de un tiempo a esta parte las cosas han cambiado y mi aportación, nuevamente, se ha visto reducida a colgar algún que otro tweet y diferentes aspectos relacionados con las redes sociales. O sea que aportar algo que ayude a mejorar la ciudad en la que vivo y que adoro, nada de nada tampoco.

Así que me pregunto... ¿merece la pena seguir en esto si no se cuenta apenas con tu opinión y no puedes aportar ideas? Hay momentos en los que pienso que no y considero la posibilidad de dejarlo. Pero también pienso que hay que superar las dificultades, ofrecerse para ayudar y no perder la esperanza nunca de que, algún día, realmente pueda sentir que hago algo útil. Espero que ese día llegue pronto y mi frustración deje de aumentar.




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