viernes, 7 de octubre de 2016

YO FUI APOLÍTICO... HASTA QUE ALGUIEN ME RESCATÓ.

                                                         * Procedencia de la imagen

Nací el 1975, así que la dictadura la conozco por referencias y por los libros de historia (como tanta otra gente que, sin embargo, opina de la misma como si la hubiera vivido en primera persona...). Obviamente, ese otro periodo que conocemos como "la transición" coincidió con mis felices años de la infancia. Como la mayoría de los adolescentes, mis preocupaciones iban por otro lado, totalmente ajenas a la gestión pública. Nunca he sentido vocación alguna por la política, de hecho, sigo sin tenerla, por lo que puedo afirmar sin ruborizarme que hasta que no formé mi propia familia y adquirí responsabilidades laborales no empecé a interesarme por este tipo de asuntos. Pero, fundamentalmente, la cosa cambió con la sacudida que nos metió a todos la crisis económica (¡ay! ¡la maldita crisis otra vez...!)

Es decir, que mis primeros recuerdos conscientes sobre la política en España están relacionados con casos de corrupción, sueldos desorbitados, privilegios inalcanzables para el resto de la población, amiguismo, etc. Con ese concepto, con la sensación de que no había ningún partido, ni uno solo, con el que yo me sintiese identificado, representado y defendido... ¿cómo no me iba a considerar apolítico?

Hasta que aparecienron ellos...
Al principio contemplé su aparición con escepticismo, luego con ilusión y esperanza. Y ahora, desde dentro, puedo asegurar que es un oasis dentro del panorama político español. A nivel local, he descubierto que es posible que la política se preocupe por mejorar el nivel de la ciudad, escuchando a sus habitantes y trasladando las necesidades a la corporación municipal con celeridad y eficacia. Sin ir más lejos, ahí van un par de ejemplos recientes:


A nivel autonómico, ahí tenemos entre otros a nuestra diputada Rosa García haciendo un papel fantástico, realizando propuestas, aportando ideas y soluciones, recogiendo las sugerencias y aportaciones de todos los afiliados y simpatizantes para trasladarlas al órgano correspondiente. No como otros partidos, que se limitan a hacer "oposición" en el sentido más literal y negativo de la palabra.


Y a nivel nacional, siendo el único (sí, repito... el ÚNICO) partido que ha mostrado voluntad de diálogo, capacidad de negociación, flexibilidad y el talante necesario para desbloquear una situación política ridícula e insostenible. Aunque luego, aquellos que se ven amenazados por Ciudadanos, nos califiquen como "chaqueteros", nos acusen de no tener un programa definido, nos tilden de aprovechados... (pero bueno, eso sería tema de otro "post").

¿Quiero decir con esto que todo es maravilloso y de color de rosa en C's? Obviamente no. Pero me siento con libertad, seguridad y tranquilidad para manifestar también mis críticas, sin miedo a enfrentamientos ni represalias. Estoy en un partido plural y respetuoso con esa pluralidad, lo cual también es muy digno de agradecer, y no estoy seguro de que suceda en todos los partidos.

Hoy, aunque sigo sin tener ninguna vocación política, al menos he conseguido tener fe en la misma. Me siento orgulloso de pertenecer a este partido, a esta delegación en concreto, y no me arrepiento para nada de haberme acercado a ellos para conocerles ni de haber tomado la decisión de afiliarme. Comparto mi experiencia a través de este blog, precisamente, porque sé que, como yo, hay mucha más gente que tampoco cree en la política. Acercaos a nosotros, conocednos... y decidid por vosotros mismos. Apostaría algo a que, al final, tomaréis la misma determinación que yo.



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