sábado, 20 de febrero de 2021

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA 3 (o porqué el proyecto de Ciudadanos se ha ido irremediablemente a la mierda)

 DESCONEXIÓN DE LAS BASES


ETERNIZACIÓN DEL PROCESO DE RENOVACIÓN

* Afiliado de Ciudadanos esperando a que termine el proceso de renovación interna

11 de noviembre de 2019: dimite Albert Rivera como presidente del partido. Empieza con ello un proceso de renovación, muy esperado por un gran núcleo de afiliados descontentos por el descalabro sufrido en las últimas elecciones, tanto las nacionales como también en muchos municipios. La necesidad de reestructurar el partido es evidente, la urgencia por reemplazar a los responsables del desastre, imperiosa. En ello depositamos nuestras esperanzas muchos afiliados que, como yo, sabíamos que era preciso "limpiar el patio", colocar caras nuevas y relanzar un proyecto que nos había ilusionado años atrás, pero que ahora estaba herido de muerte.

19 de febrero de 2021: se convocan las elecciones para la renovación de las juntas directivas locales. Ha pasado casi un año y medio, se ha tenido que sufrir una nueva hecatombe electoral (esta vez en Cataluña) y un desplome salvaje en el número de afiliaciones en toda España... ¡y el proceso de renovación todavía no ha terminado! Porque después de esto, todavía falta nombrar a los coordinadores comarcales y puede que algún que otro cargo intermedio más...

Para mí era desesperante la lentitud con la que se avanzaba, no veía final al proceso. ¿Cuál es la causa de esta eternización? Fundamentalmente, dos. 

La primera, el complejísimo organigrama del partido. Hay tantos escalones desde la cúpula nacional hasta las agrupaciones locales que los tiempos necesarios para la reestructuración de cada uno de ellos, y el hecho de haberlo hecho escalonadamente, provoca necesariamente que el tiempo se dilate hasta la eternidad.

El segundo motivo, mucho más irritante que el primero, son las negociaciones entre bambalinas que se producían entre los diversos sectores del partido para colocar cada uno a sus propios partidarios. Vamos, que nada de elegir a los mejores, a los más capacitados o a aquellos que han venido trabajando duro en el partido y han demostrado su implicación. No. Hay que colocar a los amigos, no vaya a ser que el día de mañana me haga falta tal o cual apoyo y no lo tenga. Y claro, esas "negociaciones" no son sencillas ni breves, precisamente. Hasta que todo el mundo está más o menos satisfecho hay que llevar a cabo numerosas conversaciones, algunas a la cara, pero la mayoría de ellas a espaldas de los propios implicados; hay que convencer a unos y engañar a otros, pero siempre con promesas de un futuro mejor para todos; y todo ello implica tiempo. Tiempo que, por otra parte, no estábamos dispuestos a aguantar algunos afiliados que ya estábamos hasta las narices de todas estas artimañas y corruptelas internas.

¡Ah! Lo peor de todo era ver que, cuando se anunciaba la nueva distribución de cargos orgánicos, los mismos sinvergüenzas que habían estado chupando del bote en la anterior legislatura y habían llevado el partido a la ruina, volvían a repetir. Algo sencillamente insoportable para las personas honestas que todavía aguantaban en el partido.

jueves, 18 de febrero de 2021

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA 2 (o porqué el proyecto de Ciudadanos se ha ido irremediablemente a la mierda)

 

INTRODUCCIÓN


DESCONEXIÓN DE LAS BASES


                                                          * Procedencia de la imagen


El papel de los afiliados dentro del organigrama de Ciudadanos se limitaba a lo que se observa en la imagen: calla, no opines y cuando hay elecciones, súbete al autobús que te ponemos y mueve la banderita para que en la tele y en las fotos demos la impresión de que somos muchos y el mitin ha sido un éxito. Eso, y paga religiosamente tu cuota mensual. Nada más.

Las agrupaciones locales, sin embargo, tienen vida propia y ese es el ámbito más propicio para la participación de los afiliados de base. Pero desde las cúpulas no se fomentaba eso, sino más bien todo lo contrario. Cuanto más callados estuviéramos todos, mejor. Que a nadie se le ocurra opinar y mucho menos si esa opinión disentía de la "oficial" del partido. Nunca ha habido debate interno, nunca ha habido libertad para expresar posturas distintas. Paga y calla.

Puede que haya afiliados que se sientan cómodos con ese rol, no lo voy a negar. Pero no era este mi caso. Y la mayoría de la gente que conocí aterrizó en Ciudadanos con ganas de trabajar, en muchos casos desinteresadamente y en otros no tanto. Casi toda esa gente, con la que sigo manteniendo contacto, se ha dado ya de baja, desilusionados por no sentirse escuchados. Yo mismo llegué a la conclusión de que si mi aportación a la vida política se tenía que limitar a pagar una cuota de 10€ mensuales, mejor no aportar nada.

Es cierto que en la agrupación a la cual yo pertenecía, Alcoy, sí hubo una época en la que teníamos la posibilidad de participar activamente. El entonces coordinador, Marcos Martínez, creía firmemente en ello y potenció espacios para que todos los afiliados que quisieran pudieran aportar sus ideas. Lo llamábamos "Grupos de Trabajo" y era una agrupación en la que colaborábamos estrechamente con nuestros concejales, les aportábamos ideas, les ayudábamos en aquello que nos pedían... y surgieron propuestas de lo más interesante, que llegaron a presentarse en los plenos municipales y a ser aprobadas por el gobierno municipal. En ese ámbito, estoy satisfecho de mi trabajo y creo que fui un activo bastante importante para el partido a nivel local.

Sin embargo, me quedó una espina clavada en otro ámbito superior. Estábamos en la época en la que, a nivel nacional, se trabajaba por lograr el Pacto Educativo. Soy maestro y me motivaba mucho poder aportar mi punto de vista, hablar de las necesidades de los docentes, de lo que nos preocupa... Me ofrecí directamente en repetidas ocasiones a los responsables de educación del partido para sumar, para trabajar codo con codo junto a ellos y dar la visión de los que sufrimos la dejadez actual de los políticos por la educación. Y nunca recibí respuesta. Jamás nadie me preguntó. No tuve posibilidad alguna de expresar mi punto de vista, algo que me dolió mucho.

Y, por supuesto, la opinión de los afiliados tampoco se tuvo en cuenta a la hora de confeccionar listas electorales para los comicios locales. Pero ese es un tema sobre el que ya me explayaré más adelante...

CONTINUA EN EL SIGUIENTE ENLACE: 

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA 1 (o porqué el proyecto de Ciudadanos se ha ido irremediablemente a la mierda)

PRIMERA PARTE: introducción 


Ni el enésimo batacazo electoral consigue que en Ciudadanos hagan autocrítica y cambien de discurso. Siguen sin enterarse (o sin querer enterarse) de las verdaderas causas de su debacle. Una pena, porque están autocondenándose a la desaparición (les doy unas elecciones más antes de que se conviertan en historia), y España necesita, sigue necesitando, un partido de centro moderado, capaz de dialogar, negociar y alcanzar acuerdos. Un partido que sirva como contrapunto a los extremismos que, desgraciadamente, están en pleno auge.

Yo he sido afiliado de Ciudadanos durante casi tres años, y decidí abandonar el pasado mes de octubre, cuando definitivamente me quedó patente que este proyecto no tenía ningún futuro y no era, ni de lejos, el atractivo partido que me había conquistado años atrás. Para quien no me conozca, quiero nombrar mi trayectoria dentro del partido, en el que empecé como un afiliado más, formé parte de dos juntas directivas locales, desempeñé el cargo de responsable de redes y comunicación de mi agrupación, y me integré en dos listas electorales, la local y la nacional, participando activamente en ambas campañas. O sea, que sé de lo que hablo porque me lo he pasado por las manos.

También quiero aclarar los motivos que me llevan a escribir estas entradas precisamente ahora, que son fundamentalmente tres:

1.- Porque me da la gana.

2.- Porque cuando era afiliado no tenía libertad para decir lo que pensaba. Pero como ya no estoy en política, ni pienso volver a estar en ningún otro partido, no tengo que quedar bien con nadie ni tengo que ser políticamente correcto.

3.- Porque leo en prensa y redes sociales que mis antiguos compañeros de partido siguen adoptando la actitud del avestruz.


El problema de esto es que, como se ve en la imagen, el culo te queda fuera... ¡con el peligro que ello conlleva!
En fin, en sucesivas entradas os explicaré cuáles son los motivos que, según mi humilde entender y mis vivencias recientes, han llevado a Ciudadanos a esta situación de cierre por derribo. Y prometo hacerlo sin pelos en la lengua ni cortapisas. Cuando haya que dar nombre y apellidos, los daré, así que... 

¡ATENTOS TODOS!


miércoles, 1 de julio de 2020

DEBATE INTERNO ENTRE LA RABIA Y LA FRUSTRACIÓN

                                                       * Procedencia de la imagen

Leo hoy la noticia de que el Plan de Reconstrucción que presenta el gobierno excluye a la enseñanza concertada (ver noticia). Y me enciendo, y me da mucha rabia leer este tipo de noticias, aunque a estas alturas creo que ya nada de esto debería sorprenderme. Hace tiempo que es sabido que los partidos políticos de izquierdas de este país, capitaneados por Podemos a nivel nacional, y en la Comunidad Valenciana por Compromís, pretenden eliminar la enseñanza concertada. Yo lo he avisado en mis redes por activa y por pasiva. Y así y todo, cuando ha habido elecciones, compañeros míos trabajadores en un centro concertado les han votado. En fin, son libres de hacerlo, por supuesto. Pero se ve que su trabajo les importa más bien poco.

Yo nunca he tenido vocación política y sigo sin tenerla, creo que eso es algo que no he escondido nunca. Y, sin embargo, hace ya unos cuantos años que estoy afiliado a Ciudadanos, pertenezco a la junta directiva local y me han incluido en un par de listas electorales. ¿Contradicción? ¿Miento cuando afirmo lo de la vocación? Quiero creer que no, pero ya se sabe que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

Traigo esto a colación porque, precisamente, mi principal motivación para afiliarme a Ciudadanos en su momento era que me parecía el único partido que defendía la enseñanza concertada y, sobre todo, que estaba intentando por todos los medios a su alcance lograr un gran Pacto Educativo Nacional. Y esto sigue siendo así a día de hoy. Basta con leer las noticias o seguir las redes sociales de diferentes personalidades políticas para corroborar esta afirmación. Es ese sentido, os recomiendo que sigáis muy de cerca a Marta Martín en Twitter (@martamartirio), diputada nacional y gran impulsora del Pacto Educativo. 


Y es en estos momentos cuando empieza mi debate interno, provocado por esa rabia que me provocan estas noticias como la que he utilizado para abrir el post. Mi reflexión es la siguiente: si mi interés es defender la mejora de la educación en este país y luchar por conseguir el tan necesario Pacto Educativo, ¿qué estoy haciendo para ello? Y entonces es cuando llega el siguiente sentimiento: la frustración. Porque creo que no estoy aportando nada, más que unos cuantos tweets abogando por ello, que apenas tienen repercusión; alguna entrada de vez en cuando en este blog... y nada más. ¿Pagar una cuota de afiliado ayuda en algo a avanzar en ese sentido? En absoluto. Y, desgraciadamente, no tengo posibilidad de aportar nada, ni siquiera mi experiencia como docente, en ningún otro ámbito. Normal que luego la gente en general, y los maestros y profesores en particular, nos sintamos totalmente desconectados de los políticos que gobiernan y legislan nuestro trabajo...

Por suerte, mi segunda motivación para meterme en esto de la política era trabajar por Alcoy, mi ciudad. En su momento algo sí que pude aportar, sí. Pero me vuelve el sentimiento de frustración, porque de un tiempo a esta parte las cosas han cambiado y mi aportación, nuevamente, se ha visto reducida a colgar algún que otro tweet y diferentes aspectos relacionados con las redes sociales. O sea que aportar algo que ayude a mejorar la ciudad en la que vivo y que adoro, nada de nada tampoco.

Así que me pregunto... ¿merece la pena seguir en esto si no se cuenta apenas con tu opinión y no puedes aportar ideas? Hay momentos en los que pienso que no y considero la posibilidad de dejarlo. Pero también pienso que hay que superar las dificultades, ofrecerse para ayudar y no perder la esperanza nunca de que, algún día, realmente pueda sentir que hago algo útil. Espero que ese día llegue pronto y mi frustración deje de aumentar.




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miércoles, 13 de noviembre de 2019



¡MUCHAS GRACIAS, ALBERT!

Albert Rivera dimitió el pasado lunes como presidente de Ciudadanos, renunciando además a su escaño como diputado y anunciando que se retira de la política. No es una noticia que haya pasado desapercibida, ni mucho menos. Se trata de una decisión dura para todos los afiliados a este partido, ya que estamos hablando de una persona carismática, emblemática, la piedra angular sobre la que creció la formación a la que pertenezco.

Lamentablemente para todos, esta medida es la triste consecuencia de un espectacular batacazo electoral. Creo que España necesita un partido de centro fuerte, que pueda equilibrar las diferentes posturas, cada vez más extremas, del resto y que garantice la estabilidad y gobernabilidad del país. Todas estas características se habían perdido por una serie de decisiones estratégicas que han resultado ser erróneas. Se ha pagado en las urnas y aceptado las correspondientes responsabilidades. ¡Chapeau!

Lo más llamativo del caso es que la opinión pública y, muy especialmente, las redes sociales, se deshagan en elogios hacia el hasta pocos días antes tan criticado Rivera. Por hacer lo que se debería hacer siempre en estos casos. Ni más ni menos. Claro, quizá nos haya sorprendido tanto porque en este país lo normal es que no dimita nadie, que la gente se aferre a su cargo con uñas y dientes, que no despeguen el culo del sillón ni aun habiendo imputaciones por corrupción de por medio. ¡Cuánto menos por un mal resultado electoral! Lo habitual en esos casos es echar balones fuera, encontrar argumentos para convencer (y autoconvencerse) de que la culpa es de todos los demás, de quien sea, con tal de poder permanecer un poco más en el cargo y, por supuesto, cobrar un buen dinerito público durante todo el tiempo que sea posible.

Albert Rivera anunció su despedida con mucha elegancia, dejándonos varias frases para la reflexión. De todas ellas, me gustaría destacar la siguiente: “Ser diputado no es una nómina, es un honor”. Esa es la concepción que muchos tenemos de la política: un servicio, no un modo de vida. Sería fantástico que esta máxima se aplicase en todos los ámbitos de la política, nacional, autonómica y también local. Cuando una persona acepta un nombramiento, como en el caso de Albert Rivera, encabezar una lista electoral, acepta el honor de la victoria, pero también asume la responsabilidad de la derrota. Y Rivera ha dado una lección a todos, muy especialmente a aquellos que dicen que le admiran y alaban su decisión, pero no siguen su ejemplo.

Ojalá esto sirva para algo, remueva conciencias y despierte el sentido de la dignidad de todos aquellos que conciben su cargo como un puesto de trabajo al que acuden cotidianamente para cobrar una nómina. Si eso fuera así, la dimisión de Rivera habría servido para mucho más de lo que él piensa. Sea como sea, gracias, Albert, por todo lo que hiciste por este partido, por hacernos creer a muchos que otra forma de hacer política es posible y por renovar nuestra confianza en ella. Yo, como mucha otra gente en este país, nos afiliamos a un partido político, a este partido político, por tí. Porque nos gustaba tu discurso moderado, tu talante centrista y negociador, porque eras el modelo de lo que queríamos que fueran los políticos de este país. Por eso muchos lamentamos tu despedida, aunque la comprendemos y, como no puede ser de otro modo, la aceptamos. Porque, además, tanto por la forma en la que has dicho adiós, como por el momento elegido, no se te puede hacer ningún reproche más.

Así pues... ¡muchas gracias, Albert!


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martes, 23 de julio de 2019

domingo, 21 de julio de 2019

DIARIO DE UN MEDIOCRE DÍA 34


Domingo, 21 de julio de 2019:

Estar de vacaciones no favorece tener pensamientos y reflexiones profundos.


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